domingo, 28 de octubre de 2012

Siempre es hoy


Escribir en este blog se trata de tomar decisiones. Y la primera de ellas siempre es una elección: de qué anime voy hablar. Hay tantos. Además, no sólo se trata del anime en sí, sino de su persistencia en la memoria, o en todo caso, de ser un anime de actualidad -ya sea porque se encuentra en transmisión o porque lo acabas de ver-. Hoy, por ejemplo, el dilema está entre hablar de lo que recuerdo y lo que vivo; entre un pasado oscuro e incomprensible o especular acerca del futuro prometedor.

En la primera opción están Serial Experiments Lain (Ryutaro Nakamura, 1998), Ergo Proxy (Dai Satō, 2006), Witch Hunter Robin (Shukou Murase, 2002) o Paranoia Agent (Satoshi Kon, 2004). Estos cuatro animes tienen en común la muerte, el suicidio, un misterio y el internet. También, existe la sospecha de que se está construyendo una pesadilla, un déjà vu del cyberpunk japonés.

Son el tipo de anime que mientras lo miras te absorbe por completo -aunque no entiendas muy bien que está pasando- y que, al final -si logras llegar al final-, te deja flotando bajito en la burbuja de la incomprensión. Incomprensión que permanece. Y permanece. Porque con una brecha de diez años puesta entre ellos y el presente, aún se puede encontrar ese degusto oscuro en la memoria. Esa duda bien asimilada de no saber qué pasó. La aceptación incluso de que de eso se trataba (¿no?). A estos animes les acomoda bien el pasado porque su naturaleza es la del sueño, más sentimiento que hechos congruentes; grietas singulares y extrañas de la memoria.

Vaya pues, son un perpetuo desencuentro, incomprensible e indiferente al corazón. Son más afines a la mente; con toda esa influencia filosófica en derredor de lo real, lo inmaterial, la identidad... Son como una polaroid de lo que queda cuando hay humanos pero no hay amor.

¿Por qué alguien querría ver estos animes y hablar de ellos? No lo sé. Pero ahí están. Un pasado oscuro, ¿quién no le va a entrar?

Ahora bien, el futuro prometedor, hermano inmediato del presente (la palabra inmediato pocas veces tiene tanto sentido como en la frase anterior) tampoco se puede evitar. En estos días he estado viendo Tonari no Kaibutsu-kun (Robico, 2012), que me recuerda a Kimi ni Todoke (Karuho Shina, 2011), Bakuman (Tsugumi Ohba y Takeshi Obata, el mismo equipo que hizo Death Note, 2012) y a Nodame Cantabile (Tomoko Ninomiya, 2009). Las fechas que anoto aquí no son de su estreno, sino de sus finales, son animes recientes. Contemporáneos y muy populares. Que vienen felices, llenos de esperanza y de cariño.

Por ejemplo, hay que ver Kimi ni Todoke para aceptar que aún no te has amargado. Que todavía quieres conocer a alguien especial y tener nuevos amigos. O Nodame Cantabille para asumir que aún conservas sueños que quieres cumplir, que te apasionan. Es el presente-futuro. Un deseo de hoy para mañana.

Cuando empiezas a estudiar japonés, a manera de consuelo te dicen que solo hay dos tiempos verbales, el pasado y el futuro. Obviamente, eso no es verdad, el japonés tiene una gran cantidad de matices para indicar el tiempo en el que suceden las cosas, su continuidad, los actos consecutivos y causales, lo que afecta tus días antes o después de que éstos sucedan o se vayan. Bueno, debo aceptarlo, si hay algo de cierto: la conjugación básica es así, pasado y futuro nada más. De esta forma, para hablar del presente hay que hacer uso del futuro. Es lógico de hecho, porque están pegados, el presente es un monstruo que devora la consciencia de la vida futura. ¿Muy real, verdad?

Como podrás ver, la decisión de la que hablaba en un principio no es una elección sencilla: ¿de qué anime quieres hablar? se traduce a un bonche más de preguntas concatenadas: ¿cómo te sientes hoy? ¿qué historia quieres que te acompañe en estos días? ¿aún guardas esperanza? ¿te has desvelado últimamente? ¿crees que el enojo es una emoción sincera o sólo la tímida respuesta que los corazones frágiles utilizan para alejar el dolor? ¿pasado o presente-futuro, qué eliges?

En fin, ve Tonari no Kaibutsu-kun, por el momento, es mi recomendación más honesta. Está en transmisión, el martes 30 de octubre se estrena el capítulo 5, no parece que vaya a ser una serie larga (calculo doce capítulos). Su estilo es romántico pero gracioso. Haruka Tomatsu hace la voz de Shizuku Mizutani y es muy graciosa; la entonación de su voz es muy particular. Me hace sentir como colegiala enamorada.


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