lunes, 10 de febrero de 2014

La literatura llevada al anime


Es bueno encontrar animes como Aoi Bungaku (2009), el cual combina hermosas técnicas de animación con clásicos de la literatura japonesa, dando como resultado una serie de seis historias cortas que nos llevarán a explorar distintos aspectos del ser humano.

El encargado de abrir esta serie, y es también la historia más larga, es Ningen Shikkaku (Indigno de ser humano) basado en la novela del escritor Ozamu Dazai. Esta es quizá una de las historias más complejas que yo he visto en un anime. En tan solo cuatro episodios nos muestran la vida de Oba Youzou, un joven que está convencido de que la sociedad es tan decadente e hipócrita, que no puede sentirse parte de ella. "Mi vida fue tan vergonzosa, para mí me fue imposible comprender la forma de vivir de un ser humano". Bajo esta idea, Youzou es incapaz de sentir empatía por los demás o por sí mismo, es por eso que se dedica únicamente a vivir usando falsas máscaras, convencido del demonio que lleva dentro, arrastrando a un espiral de decadencia a cualquiera que se relacione con él.



Ningen Shikkaku se convierte así en una historia que se puede analizar desde diferentes puntos de vista; por un lado se muestra como una crítica a la sociedad japonesa decadente de la posguerra, y por otro es un relato existencialista que busca entender lo que hace al ser humano, humano. La carencia de valores, el vacío existencial, la apatía por el otro, la sociedad consumista, la hipocresía de las personas, todos estos son algunos aspectos que la historia toca; y vaya que son una sacudida emocional para cualquier espectador.    

Kokoro (Corazón) es otro cuento de la serie y también uno de mis favoritas. Basada en la novela  Natsume Sōseki, Kokoro cuenta una historia desde los puntos de vista de dos personajes, el joven y el monje. Los dos tienen una relación, que más allá de una amistad, se percibe como una relación afectuosa entre un alumno y un maestro; ambos cuentan con filosofías de vida distintas pero tienen algo en común: el amor hacia la misma mujer. Es así que estos tres personajes principales se verán involucrados en una historia, que más que ser un triángulo amoroso, se convierte en una exploración a sentimientos como la amistad, la soledad y el amor.



Las otras historias que comprenden la serie son: Sakura no mori no mankai no shita (En el bosque bajo los cerezos en flor) de Ango Sakaguchi. Hashire Melos! (¡Corre, Melos!) basada en una fábula de Cayo Julio Higinio. Kumo no Ito (El hilo de la araña) de Ryunosuke Akutawa. Y por último Jigokuhen (El biombo del infierno) también de Ryunosuke Akutawa.

Todas las historias son dignas de verse y disfrutarse, y nos darán un buen recuento de grandes relatos de la literatura japonesa. Cabe hacer mención que la serie contó con la participación de cinco directores. Esto se ve reflejado en el estilo de la narración que hay de una historia a otra, pero también en la técnica de animación, la cual cambia a lo largo de la serie, lo que viene a darle un toque único a cada episodio.



Es por eso que Aoi Bungaku se convierte en una antología que no debemos perdernos, pues no sólo es un compendio de grandes historias, sino un recopilación de diversas técnicas de animación únicas y hermosas. Es loable el esfuerzo que hace esta serie, pues en tan solo 12 episodios nos da un buen repaso de algunos clásicos de la literatura japonesa. Ojalá existieran más animes como este, que se echan mano de lo mejor de las letras y la animación para crear un producto magnífico.

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