En realidad, las
categorías del mundo definidas por la edad no siempre han existido; tanto la
infancia, la niñez y más actualmente la juventud, son constructos sociales
mucho más modernos de lo que creemos.[1] Todos vivimos en el mismo mundo, desde
que nacemos. No hay control para lo que vemos u observamos. La ambigüedad de
los demás, a los ojos de quién asume la realidad, no tiene edad.
Sakura es una
niña. La acompañamos de desde sus diez años a sus doce años durante los 70
episodios y las dos películas donde la vemos salvar el mundo. A simple vista la
historia es de lo más lineal: es una elegida para ser una maga, debe primero
capturar las cartas (que representan criaturas con poderes) del mago Clow y luego,
en la segunda temporada hacer de esas cartas, sus propias cartas.
Sin embargo, la
belleza de este anime no radica precisamente en su plot principal. No. Es lo
subyacente y ambiguo lo que lo hace destacar. En primera, el diseño de
personajes de CLAMP no ha podido ser superado. Cardcaptor Sakura fue emitida
entre 1998 y 2000, y la verdad no tiene nada que envidiarle a un anime actual
en cuanto a diseño, música y producción. Sakura utiliza ropa nueva en cada
capítulo, el detalle de la realidad y la cotidaneidad del día a día, hacen que
esto sea algo muy bonito de ver. Claro, la gente usa ropa distinta de a diario.
Los uniformes de las escuelas japonesas cambian con las estaciones y por
supuesto la gente es distinta y puede cambiar.
Este detalle
estético se traduce también en los personajes. Los personajes son humanos y
cotidianos. La misma Sakura encierra en su historia familiar a una madre
muerta, que no hay que vengar y no resulta en una suerte de excusa para llorar.
No. Es simplemente una realidad que configura que la niña esté inserta en una
familia con un padre soltero, donde los hijos son responsables apoyando en las
labores domésticas y en sus actividades escolares.
Pero más allá, el
mundo y sus ambigüedades con sus tonos grises siguen presentes en este anime.
De tal cuenta que fue censurado en Estados Unidos, aun cuando nunca se habla
explícitamente de las cosas. El anime es contado desde una niña de diez años,
pero que como todos vive en la realidad del mundo, un mundo que no es lineal y
que no es una representación fiel de las familias tradicionales o de puro amor
heterosexual.
Hay dos elementos
sobre los cuales se centró la “censura”. Uno con las diferencias de edad.
Sakura se enamora o cree enamorarse del amigo de su hermano Yukito, el cual es como
cinco años mayor y también existe una referencia a la historia de amor entre
Rika sobre su profesor.
El otro elemento
tiene que ver con la orientación sexual. Yukito y Touya, el hermano de Sakura, aunque
no se declare explícitamente se sabe que tienen una relación sentimental que es muy dulce;
también, Tomoyo, su amiga o prima, demuestra que el interés que tiene por
Sakura es más que amistoso; e incluso Syaoran (el rival en obtener las cartas) en
un principio se presenta como rival de amores de Sakura frente a Yukito.
Me parece que es
una cosa exquisita tocar estos temas desde la visión de los niños que
transitan entre el cuarto y sexto grado, esto hace no sólo que sea un anime
para niños, si no para cualquier edad. Los descubrimientos de Sakura entre la
magia y salvar al mundo, se combinan con que descubra su propios sentimientos
de la transición de la niñez: si está enamorada, si no lo está y que pueda
observar los objetos de afecto de los demás.
No es que esté intentando tratarte como una niña al no corresponder tus sentimientos |
Mi escena
favorita es cuando Sakura, por fin, toma el valor de declarle su amor a Yukito
(capítulo 66, spoiler a continuación).
Yukito le hace ver con mucha ternura que lo que siente por él es admiración,
cuando le explica que compare los sentimientos hacia él, con los que tiene por
su padre. Es una escena hermosa. Sakura, con su intuición, le pregunta si tiene
una persona especial a quién querer. Él, le responde que sí. Y ella le dice que
es muy feliz de saber que esa persona especial es su hermano. Desde sus diez
años Sakura no emite ningún juicio de valor por las elecciones de cariño. Y
esos temas y esas maneras de tocarlos, deberían ser más repetidos. Y por
supuesto, no deberían ser considerados como tabú.
Estoy segura que mi hermano piensa que eres su persona favorita también. |
El mundo existe,
tengamos diez años o tengamos cien. Y los niños pre-adolescentes están
conscientes de ello y además, deben lidiar con sus propios cambios. En general,
en este anime los niños tienen criterio, opinan, toman decisiones, llevan
responsabilidades, porque los niños no son una especie de infrahumanos, sino humanos
con menos experiencia. Hacer un anime que nos lleve a estas reflexiones y
además a pasar diciendo “kawai” a Sakura en cada capítulo es una obra maestra.
Para el que
quiera ver una reflexión sobre lo que significa una “caricatura” (o un anime)
en Estados Unidos y en Japón, a través del ejemplo de Sakura, pueden leer este paper. Está inglés, pero vale la pena.
[1] Por ejemplo, Bourdieu nos dice que la juventud es una palabra.
Ay Aniuxita, gracias por escoger este animé para escribir, mi animé de iniciación (?).
ResponderEliminarComparto totalmente lo que vos decís. En latinoamérica tuvimos la suerte de ver una versión doblada, no censurada. En Estados Unidos el problema fue la compañía que tomó la serie, una muy conservadora. Hace mucho años existía un sitio web dedicado a comparar episodio por episodio. Recuerdo que en la página de inicio decía algo como "si Cardcaptors [el nombre de la serie en EEUU] te dejó confundido, es seguramente por el pésimo doblaje que le hicieron. En realidad, la serie es muy distinta, y probablemente tu personaje favorito sea gay, o está enamorado de alguien mucho mayor que él(ella)".
Esta serie es un magnífico ejemplo de tratar un tema tan fácilmente cursi, tan "fácil" de tratar como el amor, y volverlo original e incluso decir muchas cosas interesantes. La duda que me queda ahora es si en Japón se habrá visto con los mismos ojos las relaciones que hay en la serie que nosotros (por los propios tabúes que tenemos y cuáles tendrán en Japón). En algún lugar que no tiene nada que ver con animé (pero sí con videojuegos) leí que Japón para Occidente es un país completamente distinto de Japón, la nación-Estado.
Todavía no he visto una serie que se le compare en el nivel de detalle de lo cotidiano a ésta. Parecería que simplemente ya no se dedica tanto esfuerzo (y quizá nunca se le dedicó tanto) al diseño de la vestimenta y al realce de lo rutinario como acá.
Qué linda serie para volver a ver.
El Anónimo conocido
Uy qué buen sitio ese que comentás, me gustaría verlo. No sé si en Japón se habrá visto igual, lo cierto es que en Japón también estaba enfocado para el mismo grupo de edad.
EliminarSí pero convengamos que en Japón hay una visión de la sexualidad en la televisión muy distinta a la americana, especialmente la US-americana. A eso me refería.
EliminarVoy a buscar esa página, debe estar en algún lado. Si la encuentro, te la paso
Sí, justo eso. Como lo cultural determina qué temas son apropiados para cada construcción social de una misma edad. Bien interesante.
EliminarHola, Anita.
ResponderEliminarCon respecto al rumbo que tomaste en este post, me hiciste recordar mucho otra historia ya muy viejita, de Miho Obana, llamada Kodomo no omocha. No sé si la conozcas. También ahí se busca retratar la vida de unos chicos entre la primaria y la secundaria y la forma en que ven el mundo y cómo van madurando su visión del mismo.
No es tan tierno como Card Captor Sakura, creo que es un humor más bobo y los personajes no involucran magia ni poderes especiales. Solo son estudiantes. La protagonista, Sana, es una niña-actriz, que ha tenido qué crecer muy rápido y madurar por algunas situaciones, pero que en otras es bien infantil y medio bruta.
Yo no veo casi anime, pero el manga es muy bonito. Yo creo que te gustaría. Si no te has leído tampoco el manga de CCS, también te lo recomiendo.