lunes, 3 de febrero de 2014

Fullmetal Alchemist: Brotherhood

El principio de la alquimia es el intercambio equivalente. Transmutar un objeto en otra cosa sólo es posible si se respetan los principios básicos de comprender, descomponer y reorganizar. Casi todo es posible mediante la alquimia. La materia no se crea, ni se destruye: se transforma. No obstante, también hay límites y dos hermanos los cruzan de la peor manera posible: intentar resucitar a su madre muerta. El costo es altísimo y el resultado, desastroso. Un intento de transmutación humana se paga con sangre, huesos, tejidos y fracaso porque hay algo que, como no es materia, no puede transmutarse: el alma.

Con este escenario empieza una de las series más populares que hay: Fullmetal Alchemist: Brotherhood. Su éxito está cimentado en numerosas cualidades: una historia muy bien narrada, llena de aventuras, peligros, giros inesperados, personajes entrañables y yo agregaría, en el fondo de todo, sutil, pero muy presente, una reflexión sobre lo que nos hace humanos.

A lo largo de sus más de sesenta episodios, los hermanos Edward y Alphonse Elric viajan en busca de una manera de recuperar lo perdido en aquel intento malogrado. Durante varios años, los hermanos se consagraron al estudio de la alquimia únicamente para realizar ese experimento y, al final, no sólo no lograron su cometido sino que Ed, el mayor, perdió una pierna y un brazo, y de Al sólo quedó su alma, fijada a una armadura vacía. Queda una esperanza: encontrar la mítica Piedra Filosofal.

Su aventura, sin embargo, está inserta en algo más grande. La alquimia, elemento fundamental de esta historia, consiste en una serie de métodos mediante los que se realiza la transmutación de la materia con fines muy diversos. En la sociedad de Fullmetal Alchemist, los alquimistas son muy apreciados por los milagros que son capaces de realizar. Muchos de ellos trabajan para el ejército de Amestris, como Ed, y cumplen con funciones de investigación y otras operaciones.

Amestris es un Estado militarizado, gobernado por la mano firme del Presidente Führer King Bradley. Se trata de una nación reciente que, para mantener sus fronteras, se ve necesitada de echar mano de un fuerte aparato de control. No es un Estado homogéneo, está compuesto de varias pequeñas naciones independientes que luego fueron absorbidas por el gobierno centralizado de Bradley, algunas mediante la violencia.


Es importante tener esto presente, porque el viaje de los Elric estará asociado íntimamente a las historias de los diferentes personajes que conocerán y cada encuentro planteará nuevas interrogantes. En primera instancia, tuvieron que cruzar muchos límites para concretar el experimento de transmutación. ¿Hasta dónde, bajo la excusa del progreso y el orden, es permisible seguir?

En Fullmetal Alchemist: Brotherhood, muchos personajes cruzan límites en función de lo que buscan. Edward, por ejemplo, habiendo fracasado en resucitar a su madre, necesitó fijar el alma de su hermano a una armadura, para no perderlo. Una armadura no se cansa, no necesita comer, no necesita dormir. Tampoco puede sentir la brisa, el calor, el frío. ¿Puede Alphonse considerarse humano en ese estado? 

También es posible hacer quimeras: mezclar animales con personas. Las quimeras tienen voluntad, capacidad de lenguaje y sentimientos. ¿Todavía son humanas? Montaigne –el filósofo que decía no serlo–, no estaría de acuerdo, al menos en términos de grado, porque él pensaba que son más cercanos el más vulgar de los hombres y el más fino de los animales, que ambos con el humano más digno.

Se dice que nuestras emociones –complejas como son–, también sirven para definir lo humano. Sólo nosotros (me incluyo), podemos sentir orgullo, ira, avaricia, pereza, envidia, gula y lujuria. Sólo nosotros podemos convertir nuestras necesidades básicas en arte, vicio o virtud. Es el pecado que nos separa de Dios y de la Verdad; pero en esa escisión también nos confiere nuestra libertad y naturaleza. Tras bambalinas hay un personaje más, uno que no era humano, pero llegó a ser y ahora desea algo más. La alquimia le dio existencia y también le separó de sus emociones, para ponerlas a su servicio. El objetivo es ser Uno, aquel del que todo parte, y al que todo vuelve. Uno que no es humano, pero lo contiene. Quizá el error de desear lo inmortal, lo permanente, está en que teniéndolo todo no se tiene nada.

Quienes ya hayan visto esta serie, podrían encontrar cierta resonancia en lo que ahora escribo. Quienes no, sepan que la alquimia no es más que la vida misma, en la que uno recibe lo que da y da lo que recibe; y perpetúa con ello el movimiento de Uno. Totalmente recomendable.


2 comentarios:

  1. Estuvo muy lindo el post de hoy. FMA es de las mejores opciones en el mundo del anime, n_n

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