lunes, 5 de noviembre de 2012

Rebuild of Evangelion: el amor es destructivo


Y Yahvé Dios le dio al hombre un mandamiento; le dijo:
«Puedes comer todo lo que quieras de los árboles del jardín,
pero no comerás del árbol de la Ciencia del bien y el mal.
El día que comas de él, ten la seguridad de que morirás.»
(Génesis; 2, 16-17)

La Humanidad es creada, de la misma forma que los Ángeles. Unos son frutos del Árbol de la Ciencia y los otros, del Árbol de la Vida. No son sino alternativas de una misma Creación que, al final, se reunirán en un solo ser encaminado a la Eternidad. La vuelta al Edén.

La Humanidad inicia su historia con un acto de desobediencia. Otros dirán que no es desobediencia, sino libertad. Es un acto que, según esta interpretación del relato bíblico, la distingue de Dios y le confiere el gobierno de la tierra, la obligación de ganarse la vida con su trabajo y la condena de que algún día morirá. Pero el peor castigo no es en realidad la muerte, sino la soledad.

Eso es, en resumen, el fondo de Neon Genesis Evangelion. Conocemos los pormenores: un Segundo Impacto que liquidó a la mitad de la humanidad, la invasión de los Ángeles y la batalla que se les planta. Armageddon, el fin del mundo.


Pero eso es sólo la superficie de la historia. En el fondo está la soledad: la de Shinji, huérfano de madre desde muy niño, abandonado por su padre; viviendo el dilema del erizo: ansía la cercanía pero ello lastima a otros y le acarrea dolor. Y así podríamos hablar de Misato, de Ritsuko, de Asuka, de Kaji. Cada uno con historias de amor entremezclado con odio. De obligaciones y deudas reales e imaginarias con sus vivos y sus muertos.

Para todos ellos se vislumbra una gran tentación: renunciar a los límites individuales, licuarse en la sustancia original, abdicar de la libertad y el amor. ¿Para qué insistir en tener deseos propios si éstos son incompatibles con los de otros? ¿Para qué comunicarse si existe siempre el riesgo latente de no ser comprendidos y de no comprender? ¿Para qué amar si eso no es sólo alegría sino, las más de las veces, dolor y tristeza? La tragedia de Evangelion no está en la batalla por el fin del mundo. Está en su gente. En sus desesperados, patéticos, a veces sofisticados, intentos por mitigar la soledad.

Líneas arriba hablaba de la desobediencia como un acto de humanización. Ese es el lugar donde Evangelion desea llevarnos, recurriendo a la relación paradigmática con la madre, representada en el propio Eva. Un nuevo acto de desobediencia y rebeldía que culmina con el re-nacimiento de la humanidad. Shinji, como el nuevo Adán, rechaza el regreso al Edén admitiendo así la angustia propia de la libertad y el amor.

Neon Genesis Evangelion se transmitió en Japón durante el otoño de 1995. Constó de 26 capítulos más el final compuesto por las películas Death & Rebirth y The End of Evangelion. Desde 2007 comenzó el remake conocido como Rebuild of Evangelion en versiones cinematográficas con Evangelion 1.0: You are (not) alone, siguiendo en 2009 con Evangelion 2.0: You can (not) advance. Este mes se estrenará la tercera entrega.

Rebuild of Evangelion no es sólo una mejora en la animación y efectos visuales. Desde los títulos se pone el acento en la naturaleza ambivalente de los conflictos de los personajes, en especial los de Shinji, que poco a poco aprenderá que el dolor es parte del amor y de la vida. Se introducen nuevos personajes y todo sugiere que los eventos ocurrirán de una forma distinta. Sin embargo, Hideaki Anno parece seguir respetando la esencia del mensaje que desea transmitir: el amor es destructivo y la libertad, dolorosa. Pero eso es lo que nos hace humanos.


1 comentario:

  1. La verdad no he visto nada de lo nuevo de Evangelion, me esperaré hasta que terminen las peliculas o el manga. Ya que me quedé con el amargo sabor de el final del anime y de The End of Evangelion. Pero por lo visto todavía falta muuucho para que ese día llegue...

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