lunes, 1 de abril de 2013

SHIGURUI

Bushidô wa shinigurui hi nari.
Hitori no satsugai wo Sûjû-nin shite shikanuru mono.

The way of the samurai is in desperateness.
Ten men or more cannot kill such a man.


Japón es un país forjado en la guerra. Por muchos siglos, poderosos clanes familiares se enfrentaron unos con otros en busca de la supremacía oficial sin poder consolidar la autoridad y los recursos necesarios para controlar a toda la nación.

La batalla decisiva para la historia de Japón, Sekigahara no tatakai (la batalla de Sekigahara), ocurrió el 21 de octubre del año 1600. En ella se enfrentaron las dos facciones principales del país: por un lado, estaban aquellos que defendían el ascenso de Toyotomi Hideyori -hijo de uno de los grandes unificadores de Japón, Toyotomi Hideyoshi-. Por el otro, estaba la facción de los que apoyaban a Tokugawa Ieyasu, uno de los señores feudales más sobresalientes del país.

La victoria favoreció a Tokugawa Ieyasu, quien obtuvo el título de shôgun, máxima autoridad política y militar durante esa época. De esta manera, con él comienza el periodo Tokugawa (1603-1867), característico por haber librado al país de las guerras intestinas, además de los conflictos internacionales, por más de 200 años. Más allá de haber sido un régimen autoritario e impositivo, Japón experimentó un significativo desarrollo social, económico y cultural durante este periodo.


He hecho esta breve introducción, para poder ofrecer un contexto adecuado para Tokugawa Tadanaga, el hombre y el personaje. En el marco de la historia japonesa, Tokugawa Tadanaga es nieto de Ieyasu (el primer shôgun Tokugawa), hijo de Hideata (el segundo) y hermano menor de Iemitsu (el tercero). Se cree que bajo su título nobiliario de señor feudal y miembro de la casa reinante llegó a cometer asesinato y otros actos de violencia. Así pues, Tadanaga existió. Fue un ser de carne y hueso.

Ahora vamos a hablar de Tadanaga como personaje, inserto en Shigurui (el anime del que voy a hablarles hoy).

Corre el año de 1630, Suruga, provincia de Japón. El enloquecido y cruel príncipe Tadanaga ha decido celebrar un torneo de artes marciales en el que participaran los hombres más fuertes, mejor entrenados y talentosos del país. 

(Un torneo de artes marciales siempre es un gran pretexto para el anime. Los japoneses son expertos en estirar los hilos de tensión de cualquier competencia. Son la cultura del trabajo disciplinado y el honor; además, su devoción hacia el esfuerzo personal resulta en un espectáculo que cualquiera desea presenciar: una lucha significativa, llena de sentido y compromiso. Un esfuerzo que no es vacío.)

De nuevo, la realidad y la ficción se entremezclan. La idea del torneo en Shigurui surge, supuestamente, de un manuscrito real titulado “Diario privado del Señor de Suruga”, que hace alusión a un torneo llevado a cabo en el Castillo de Suruga. En él se inscriben los siguientes hechos:

“Número total de contendientes: 22 divididos en 11 grupos. 8 fueron asesinados en batalla. Al mismo tiempo, 6 murieron por la mano de otros. 2 fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento. 6 sobrevivieron, 2 de ellos con heridas terribles.”

En concordancia con el contenido y la historia de dicho manuscrito, Shigurui funciona a manera de crónica: la muerte ha sido anunciada, ahora sólo falta revelar el trasfondo.

El primer capítulo muestra a dos contendientes en combate, Gennosuke Fujiki y Seigen Irako. A primera vista ya se percibe la gravedad y la fiereza, el odio y las horas de entrenamiento que invaden el espacio interpuesto entre ambos. Pero, ¿cuál es la conexión, el destino que confronta a estos samuráis? ¿Qué los motivó a inscribirse en un torneo con armas de verdad? ¡Con katanas! La respuesta se encuentra en los capítulos subsiguientes.

Estamos frente a un anime que se sumerge a profundidad en el mundo samurái y los principios del bushido. Un anime que muestra la belleza y el horror de la época feudal en Japón, ese momento histórico admirable e idílico pero pocas veces comprendido.

A pesar de ser una persona sensible, no muy dada a este tipo de género (de violencia extrema y sangre a borbotones), me atrevo a recomendar Shigurui. Creo comprender que para retratar a este tipo de samurái, la violencia era indispensable, inherente, necesaria. Es un anime aterrador, tremendamente bien logrado.

 
P.D. Sin embargo, insisto y advierto, no es apto para toda audiencia ni para todo momento. En principio, se le distribuye como material para mayores de 18 años.

2 comentarios:

  1. Ya era hora de que alguien hablara de la genialidad de Shigurui. Gracias de parte de los fans! Buen trabajo María!

    ResponderEliminar
  2. Me gustó mucho tu reseña, y me llenó de curiosidad poder ver este animé... no atino a comentar más pues no soy conocedor del género, pero con una guía como la tuya, es más fácil adentrarse (y atreverse) a ver más este tipo de materiales, que sinceramente dan un poco de miedo escénico por tratarse de algo tan distinto a nuestros conceptos culturales occidentales. Gracias María, y felicidades. =)

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...