lunes, 23 de septiembre de 2013

Byousoku 5 Centimeter

Como dos trenes que se cruzan en un punto para no volver a encontrarse, así es la historia de Takaki y Akari.

Coincidieron como estudiantes transferidos, extraños en una escuela cuya vida ya fluía. Era natural que se hicieran amigos y también lo fue que se separaran: debido a su trabajo, cosa de adultos que nada tiene que ver con el amor, los padres de Akari la llevaron lejos cuando su cariño apenas florecía.

Se escribieron largas cartas durante los siguientes meses hasta que, un año después de haberse separado, también Takaki se iría lejos de Tokio, en sentido opuesto a ella. Decidieron verse por última vez. Akari lo esperaría en la estación más cercana a su casa y él haría un viaje que, estimaba, le llevaría unas cinco horas que terminaron siendo ocho.

En la profundidad de la noche caminaron hasta el cerezo invernal del que ella le había hablado en sus cartas. Ambos sabían que quizá esa sería su única oportunidad de estar juntos. Al día siguiente volverían a sus vidas, separados para siempre pero unidos en lo profundo de su corazón; un amor que, como las flores del cerezo, sería breve pero bello y luminoso.



La historia no termina ahí, pero no quiero arruinársela a quien quiera verla por primera vez. Es la segunda ocasión que, en una entrada para este blog, digo más o menos lo mismo después de hacer un pequeño relato; antes lo hice con Kotonoha no Niwa (2013). Ésta tiene algo en común con aquella: ambas son obra de Makoto Shinkai.

Esa fue la razón por la que vi ésta en primer lugar. Después de la impresión que me dejó Kotonoha no Niwa, quise saber qué otras cosas había hecho Shinkai y Byousoku 5 Centimeter (2007) era la más mencionada. Aunque puede verse como una sola película, en realidad son tres episodios breves que cuentan la historia de este amor solitario con suavidad y belleza.

Como en aquella, Shinkai hace aquí una reflexión sobre el amor que no puede ser, pero esta vez en la distancia. Las imágenes que emplea son poderosas, llenas de significado. Un beso bajo el cerezo. Dos enamorados contemplando el Universo, dos trenes que se cruzan, pero van en sentido opuesto. Byousoku 5 Centimeter es una metáfora de lo efímero y lo eterno con la que, quizá, podemos reconocer que nuestra historia es la de los relatos que nos integran en diferentes momentos.


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