Es bueno encontrar animes como Aoi Bungaku (2009), el cual combina hermosas técnicas de animación con clásicos de la literatura japonesa, dando como resultado una serie de seis historias cortas que nos llevarán a explorar distintos aspectos del ser humano.
El encargado de abrir esta
serie, y es también la historia más larga, es Ningen Shikkaku (Indigno de ser humano) basado en la novela del
escritor Ozamu Dazai. Esta es quizá una de las historias más complejas que yo
he visto en un anime. En tan solo cuatro episodios nos muestran la vida de Oba
Youzou, un joven que está convencido de que la sociedad es tan decadente e
hipócrita, que no puede sentirse parte de ella. "Mi vida fue tan
vergonzosa, para mí me fue imposible comprender la forma de vivir de un ser
humano". Bajo esta idea, Youzou es incapaz de sentir empatía por los demás
o por sí mismo, es por eso que se dedica únicamente a vivir usando falsas
máscaras, convencido del demonio que lleva dentro, arrastrando a un espiral de
decadencia a cualquiera que se relacione con él.
Ningen
Shikkaku se convierte así en una historia que se puede analizar desde
diferentes puntos de vista; por un lado se muestra como una crítica a la
sociedad japonesa decadente de la posguerra, y por otro es un relato
existencialista que busca entender lo que hace al ser humano, humano. La
carencia de valores, el vacío existencial, la apatía por el otro, la sociedad
consumista, la hipocresía de las personas, todos estos son algunos aspectos que
la historia toca; y vaya que son una sacudida emocional para cualquier
espectador.
Kokoro
(Corazón) es otro cuento de la serie y también uno de mis favoritas. Basada en
la novela Natsume Sōseki, Kokoro cuenta una historia desde los
puntos de vista de dos personajes, el joven y el monje. Los dos tienen una
relación, que más allá de una amistad, se percibe como una relación afectuosa
entre un alumno y un maestro; ambos cuentan con filosofías de vida distintas
pero tienen algo en común: el amor hacia la misma mujer. Es así que estos tres
personajes principales se verán involucrados en una historia, que más que ser
un triángulo amoroso, se convierte en una exploración a sentimientos como la
amistad, la soledad y el amor.
Las otras historias que
comprenden la serie son: Sakura no mori
no mankai no shita (En el bosque bajo los cerezos en flor) de Ango
Sakaguchi. Hashire Melos! (¡Corre,
Melos!) basada en una fábula de Cayo Julio Higinio. Kumo no Ito (El hilo de la araña) de Ryunosuke Akutawa. Y por
último Jigokuhen (El biombo del
infierno) también de Ryunosuke Akutawa.
Todas las historias son
dignas de verse y disfrutarse, y nos darán un buen recuento de grandes relatos
de la literatura japonesa. Cabe hacer mención que la serie contó con la
participación de cinco directores. Esto se ve reflejado en el estilo de la
narración que hay de una historia a otra, pero también en la técnica de
animación, la cual cambia a lo largo de la serie, lo que viene a darle un toque
único a cada episodio.
Es por eso que Aoi Bungaku se convierte en una
antología que no debemos perdernos, pues no sólo es un compendio de grandes
historias, sino un recopilación de diversas técnicas de animación únicas y
hermosas. Es loable el esfuerzo que hace esta serie, pues en tan solo 12
episodios nos da un buen repaso de algunos clásicos de la literatura japonesa.
Ojalá existieran más animes como este, que se echan mano de lo mejor de las
letras y la animación para crear un producto magnífico.
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